Estos días me sorprendieron dos pequeñas criaturas.
Estaba arreglando mis cactus y en esta maderita
aparecío un minúsculo caracolito.
lo ven? era maravilloso, aunque tan chiquito que costaba que la cámara lo enfoque. Diminuto pero perfecto. Negrito y chiquitito. Iba rapidísimo!
Además un cactus bastante chiquito decidió que era el momento de hacerse notar.
Y sacó esto:
al otro día...
esta mañana....
y esta tarde... sorpresa!
Increíble! un cactus tan chiquito tiene guardado en su interior la posibilidad de sacar esta flor ENORME.
Un chiquito que no se achica.
No hace falta irnos lejos de casa para asombrarnos con la fuerza de la naturaleza.
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